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¿En qué situación se encuentra el sistema eléctrico nacional? (+ Video)

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Durante su intervención en la Mesa Redonda este jueves, el ingeniero Mario Castillo Salas, director adjunto de la Unión Eléctrica, ofreció un detallado panorama sobre el estado actual del sistema electroenergético nacional (SEN), marcado por un déficit significativo y acciones en curso para su recuperación.

Castillo informó que a las 6:50 p.m. del jueves, la disponibilidad energética del país era de 1580 megavatios, frente a una demanda de 3319 megavatios, lo que generó un déficit de 1735 megavatios. En ese momento, se encontraban apagados 1779 megavatios. “Esto da una idea de que estamos en el camino de lo que se había pronosticado para la jornada”, señaló el especialista.

El ingeniero reconoció que las afectaciones siguen siendo “evidentemente muy altas”, y atribuyó esta situación a la complejidad crítica del sistema, que ha sido explicada en varias ocasiones.

En ese sentido, recordó que el ministro de Energía y Minas, Vicente De la O’Levy, también abordó el tema en una reciente rueda de prensa, afirmando que “estamos en la misma situación crítica que ya se ha explicado y estamos conscientes del efecto que tiene la falta de suministro eléctrico tanto para la actividad productiva como para la vida cotidiana de las personas”.

Castillo recalcó que “la energía térmica sigue siendo la base de nuestra generación eléctrica”, representando más del 50 % de la producción nacional. En el escenario actual, esta tecnología tiene un peso mayor dentro de la generación base, permitiendo el funcionamiento estable de un sistema “muy dinámico y muy complejo”.

Explicó que, actualmente, de los 16 bloques térmicos disponibles, tenemos dos en avería: el bloque 5 de la unidad de 10 de Octubre, que se encuentra en proceso de calentamiento para su sincronización, y la unidad tres de Renté, que ha estado en reparación por una varilla de control dilatada, y cuya sincronización se espera para este viernes.

El ingeniero mencionó otras unidades en mantenimiento, como la unidad cinco de Mariel, que podrían estar sincronizada para el sábado. Destacó especialmente la unidad Felton 1, cuya prueba hidráulica de la caldera se realizaría en noche de este jueves. “Estamos en ese camino, y yo creo que es de las buenas noticias que podemos dar, porque esta es una unidad muy importante”, afirmó.

Asimismo, señaló que las unidades de Céspedes, Felton y Guiteras son claves para el sistema, y que dos bloques en mantenimiento prolongado —uno en Santa Cruz del Norte y otro en Cienfuegos— tienen prevista su sincronización para octubre.

Con estas incorporaciones, se estima que podrían sumarse unos 350 megavatios al sistema, lo que permitiría mejorar la situación actual. Aunque Castillo advirtió que esto no implicaría una disminución significativa de los apagones, sí colocaría al país “en una condición totalmente diferente”, especialmente para enfrentar el pico nocturno y aprovechar mejor la generación diurna, apoyada por fuentes fotovoltaicas.

El especialista también destacó el papel creciente de la energía solar en el SEN, con más de 700 megavatios de capacidad instalada en parques fotovoltaicos, de los cuales más de 650 provienen de un proyecto inversionista iniciado en febrero. “Estos parques están dando la energía que se calculó, incluso superior a la que habíamos evaluado en los diseños”, aseguró.

Se prevé que este programa culmine con 51 parques sincronizados para diciembre, además de otros 200 megavatios provenientes de donaciones internacionales, cuyos primeros 35 megavatios estarán disponibles en octubre.

Castillo subrayó que la generación distribuida es “vital y estratégica”, especialmente en situaciones de contingencia. Desde el inicio del programa de recuperación, se han incorporado más de 400 megavatios. Aunque esta tecnología enfrenta desafíos como el desgaste de motores y la escasez de combustible y lubricantes, su rápida recuperación y despliegue territorial la convierten en una herramienta esencial para garantizar el suministro en zonas aisladas y activar microsistemas en caso de caída del sistema nacional.

En medio de los prolongados apagones que afectan al país, el director adjunto de la Unión Eléctrica ofreció una explicación detallada sobre las causas y las acciones en curso para mitigar el déficit energético. Según Castillo, una de las claves está en la generación distribuida, tecnología que ha sido tratada como “estratégica” dentro del programa gubernamental para la recuperación del sistema eléctrico nacional.

De manera directa, el ingeniero afirmó: “La generación distribuida es clave, de esa manera, por supuesto, se le ha dado el tratamiento en este programa de gobierno para la recuperación del sistema nacional”. Desde el inicio de dicho programa, se han incorporado más de 400 megavatios, recuperando unidades que estaban fuera de servicio por mantenimiento y otras causas.

Castillo explicó que esta tecnología, basada en motores de combustión, fue diseñada originalmente para cubrir picos de demanda y funcionar en momentos de emergencia. Sin embargo, debido al deterioro de las plantas termoeléctricas, se ha tenido que extender su uso más allá de lo previsto, lo que ha afectado su disponibilidad. Actualmente, la capacidad instalada de generación distribuida alcanza los 1 122 megavatios, lo que representa apenas el 48% de su potencial total.

Ante cuestionamientos sobre la inversión en esta tecnología en medio de la escasez de combustible y lubricantes, Castillo respondió que, aunque los recursos son limitados, “tenerla disponible es una garantía ante condiciones de contingencia”. Como ejemplo, mencionó que durante una caída del sistema eléctrico, se logró restablecer el servicio en centros vitales de la provincia de Granma en menos de una hora gracias a los microsistemas activados con generadores distribuidos.

Además, subrayó que esta tecnología permite crear “islas energéticas” que ayudan a encender las termoeléctricas, lo que la convierte en un componente esencial para la estabilidad del sistema. “Es estratégico tener disponible estas tecnologías, aún cuando muchas veces no tenemos combustible”, reiteró.

Castillo reconoció el esfuerzo conjunto de los trabajadores del sector eléctrico y petrolero, destacando que “no se distinguen petroleros, eléctricos, realmente en esta batalla cubana por tratar de dar un poquito más de luz al pueblo”. A pesar de las dificultades, se continúa apostando por la recuperación gradual de esta fuente de generación, vital para garantizar el suministro eléctrico en zonas aisladas y momentos críticos.

Durante su intervención en la Mesa Redonda, el ingeniero Mario Castillo Salas reconoció que la escasez de lubricantes ha sido una de las causas que ha limitado el uso de motores disponibles en la generación distribuida. “También hemos tenido afectaciones por eso”, afirmó, aunque señaló que en los últimos días la situación ha comenzado a mejorar. Según Castillo, ya se ha iniciado una recuperación que ha reducido la indisponibilidad operativa por esta causa, y se espera que continúe mejorando en los próximos días.

Además del déficit de lubricantes, el especialista mencionó que las condiciones climáticas también han influido negativamente. El calor extremo, las tormentas locales y las lluvias han dificultado el trabajo de los técnicos eléctricos y han afectado la capacidad de generación de las fuentes renovables, especialmente los parques fotovoltaicos.

Programa inversionista

El ingeniero Mario Castillo Salas, director adjunto de la Unión Eléctrica, explicó en la Mesa Redonda que se viene ejecutando de manera muy satisfactoria un programa inversionista que, en sus tres indicadores fundamentales, supera ampliamente los estándares habituales de este tipo de procesos. Destacó que los parques están generando una cantidad de energía superior a la prevista en los cálculos y diseños iniciales.

Subrayó que uno de los logros más significativos ha sido el cumplimiento de los plazos establecidos, aspecto crucial dada la urgencia del contexto actual. Señaló que se trata de un programa desarrollado con gran esfuerzo y una sólida articulación entre diversos actores.

Reconoció expresamente la participación del Ministerio de la Construcción, por su respuesta eficaz en el proceso, y de la Unión de Construcción Militar. Enfatizó que se ha trabajado con unidad y compromiso para sincronizar la mayor cantidad de parques posible en el menor tiempo, incluso acortando los cronogramas originales.

Reiteró que el programa avanza con buen ritmo y que existe plena confianza en su cumplimiento, con la meta de concluir la construcción de 51 parques e incorporar más de 1000 megavatios al sistema.

Además, informó sobre otras iniciativas vinculadas a la energía solar, impulsadas principalmente mediante la solidaridad, la cooperación internacional y donaciones de países amigos. Estas permitirán sincronizar 200 MW adicionales al sistema electroenergético nacional. De ese total, los primeros 35 MW —correspondientes a siete parques— estarán listos para ser aprovechados a partir de octubre, y el proceso continuará durante 2025 y 2026.

El ingeniero Castillo Salas explicó la relevancia de incorporar tecnologías de almacenamiento con baterías (BESS), que permiten optimizar el rendimiento de las inversiones y garantizar la estabilidad de un sistema altamente variable por factores climáticos, como los días nublados.

Estos sistemas contribuyen a mantener la frecuencia eléctrica y a reforzar la seguridad operativa, brindando además un alivio a la generación distribuida y favoreciendo el ahorro de combustible, al cerrar la brecha entre los picos de demanda del mediodía y la noche.

Al ser consultado sobre el estado de las redes, reconoció que los desafíos no se limitan a la generación. Explicó que el sistema electroenergético nacional es completamente integrado, y que las instalaciones de transmisión y distribución también enfrentan carencias, obsolescencia y un déficit acumulado en mantenimiento. Esta situación, agravada por las altas temperaturas que elevan el consumo y sobrecargan líneas y transformadores, así como por la alta incidencia de descargas atmosféricas, ha generado un elevado número de interrupciones y averías.

Detalló que, aunque muchas averías en cables, aisladores o postes pueden resolverse in situ, el mayor desafío lo representan los transformadores dañados, que requieren sustitución. Para ello, se depende de la capacidad de producción de la fábrica de transformadores y del trabajo de cuatro talleres de reparación ubicados en Manzanillo, Villa Clara y dos en La Habana. No obstante, admitió que no se cuenta con todas las condiciones necesarias para cubrir la demanda, lo que ha generado una situación compleja, con más de 100 transformadores pendientes de reposición. En algunos casos, esto ha obligado a afectar el suministro a entidades empresariales para priorizar el servicio a la población.

Concluyó señalando que estas averías en la red se suman a los apagones provocados por el déficit de generación, conformando un escenario muy complejo para la ciudadanía.

Aseguró que todo el personal trabaja de manera ininterrumpida para atender las interrupciones en el menor tiempo posible.

Finalmente, expresó que el sistema mira con esperanza la culminación de importantes reparaciones en capacidades de generación, especialmente en la unidad 4 de Cienfuegos, por su alto valor estratégico para la estabilidad del sistema.

El impacto de los apagones

La viceministra de Energía y Minas, la ingeniera Tatiana Amarán Bogachova, abordó con claridad el grave impacto de los apagones en la vida cotidiana de la población. “Los apagones afectan la vida de la población: en nuestros hogares, en la economía, en las empresas; y, sin dudas, la prolongación de esta situación ha hecho que uno se vaya agotando, estresando cada vez más”, expresó.

Reconoció que esta situación incide directamente en el trabajo, el descanso y la rutina diaria de todos, y enfatizó la necesidad de abordar el tema sin minimizar el malestar que genera.

Explicó que la crisis actual es resultado de una combinación de factores internos y externos. Entre los internos, destacó problemas estructurales acumulados durante años. “Nuestro sistema electroenergético sufre de problemas estructurales que hemos arrastrado durante bastante tiempo”, señaló.

El primer problema es la infraestructura envejecida: “Nuestras termoeléctricas, que forman parte de la generación base, acumulan ya décadas de explotación. La mayoría tienen más de 30 años de uso, cuando por diseño su vida útil es de 25 o 30 años como máximo, y todas sobrepasan esa edad”.

Comparó la situación con “pretender que un carro de los años 70 funcione todos los días como si fuera nuevo”, lo que provoca que las averías sean “lamentablemente cada vez más frecuentes y, en algunos casos, catastróficas”.

Como segundo problema interno, mencionó la falta de mantenimiento e inversiones. “Hemos tenido serias dificultades para realizar mantenimientos profundos, especialmente los mantenimientos capitales y la modernización que un sistema industrial de este tipo requiere”. Esto se debe, en primer lugar, a “limitaciones financieras”, aunque también reconoció que “no podemos descartar ni dejar de subrayar que también ha habido problemas de planificación, de calidad y errores”.

Abordó específicamente el desafío del uso del crudo nacional: “Nuestras termoeléctricas están preparadas para quemar este combustible nacional, pero por sus características químicas —alto contenido de azufre y vanadio— los ciclos de mantenimiento se acortan”. En medio de la crisis actual, ha sido “a veces imposible realizar el mantenimiento en el tiempo requerido y con el alcance necesario”.

Como tercer problema interno, señaló que, aunque se ha apostado por las energías renovables, “los proyectos contenidos en la política aprobada en junio de 2014 no se han ejecutado con la velocidad y el ritmo que necesitamos”.

Reconoció que “la ejecución ha sido más lenta, no solo en nuestras inversiones, sino también en la inversión extranjera”, lo que mantiene una “dependencia abrumadora” de los combustibles fósiles. No obstante, destacó que “el ritmo de instalación de energía solar fotovoltaica en el último año —2024 y lo que va de 2025— se ha ido recuperando”, gracias a grandes proyectos que permitirán que “al cierre de este año contemos con más de 1000 MW en energía solar fotovoltaica aportando electricidad”.

También se refirió al impacto de los fenómenos climatológicos extremos: “Los huracanes de los últimos años, como Ian, Sandy y, más recientemente, Oscar y Rafael, han ocasionado severos daños en la infraestructura eléctrica del país, lo que ha obligado a destinar recursos importantes para su recuperación”.

Al abordar los factores externos, la viceministra del Minem fue enfática: “Chocamos con un muro de problemas externos, y es un muro que a veces no todos entienden o no conocen en su verdadera dimensión, pero existe y hay que hablar de él con claridad”, dijo, al hacer referencia al bloqueo económico, comercial y financiero que los Estados Unidos mantiene contra Cuba desde hace décadas, pero especialmente recrudecido en los últimos años.

Aclaró que el bloqueo “no es una excusa ni retórica: es un hecho legal y económico que estrangula todas nuestras posibilidades y capacidades de desarrollo”.

Para ilustrar concretamente cómo afecta el bloqueo al sector energético, explicó: “La mayoría de las empresas en el mundo que fabrican tecnología de avanzada —o que desarrollan componentes para sistemas eléctricos— son compañías con participación estadounidense o que utilizan piezas sujetas a las restricciones del bloqueo”. Esta situación limita drásticamente el acceso a tecnología, repuestos y financiamiento necesarios para la modernización y reparación del sistema electroenergético nacional.

El freno del bloqueo

¿Por qué resulta tan difícil resolver la crisis energética en Cuba? La respuesta expresada por la ingeniera Tatiana Amarán Bogachova, viceministra del Ministerio de Energía y Minas, fue clara y contundente: el bloqueo económico impuesto por el gobierno de los Estados Unidos.

Durante su intervención en los últimos minutos de la Mesa Redonda, Amarán expuso con ejemplos concretos cómo las restricciones impuestas por Washington obstaculizan gravemente el funcionamiento y desarrollo del SEN. Sus declaraciones se suman a las del ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, quien también denunció el carácter extraterritorial y coercitivo de estas medidas en una comparecencia televisiva este miércoles.

Comentó que uno de los casos más ilustrativos es el de la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas (EMCE). Si un componente técnico tiene al menos un 10% de origen estadounidense, Cuba no puede adquirirlo. Esta cláusula, impuesta por las leyes del bloqueo, obliga al país a buscar alternativas mucho más costosas, encareciendo exponencialmente el mantenimiento de sus plantas.

En 2023, una empresa europea accedió inicialmente a vender elementos clave para las termoeléctricas cubanas. Sin embargo, al conocer que el destino final era Cuba, canceló el contrato. “¿La razón? Presiones directas del gobierno estadounidense, que sabotea sistemáticamente los proyectos de la Unión Eléctrica Nacional mediante amenazas a inversores, bancos, puertos y navieras.
La adquisición de petróleo no escapa a esta lógica de asfixia”.

La viceministra reiteró que las empresas que intentan vender crudo a Cuba enfrentan multas millonarias, persecución legal y chantajes diplomáticos. Incluso los buques petroleros son impedidos de atracar en puertos cubanos, lo que encarece brutalmente el producto y limita el acceso a una fuente vital de energía.

Además, se aplican leyes absurdas como la del “uso dual”, que prohíbe la venta de componentes que puedan servir tanto para una termoeléctrica como para un submarino. Aunque el destino sea civil y transparente, el simple potencial de uso militar basta para vetar la operación.

Los bancos internacionales también son blanco de hostigamiento cuando realizan transacciones con Cuba. Esta presión financiera limita el acceso a créditos, impide pagos y bloquea acuerdos que podrían aliviar la situación energética del país, dijo.

“Más allá del daño económico, lo más grave es el daño moral”, afirmó la viceministra, quien denunció que utilizan las carencias para desviar la atención de la verdadera génesis del problema. “La crisis energética no es fruto de una mala gestión, sino de una política deliberada de estrangulamiento económico que busca generar descontento social y debilitar la soberanía nacional”.

Ante este panorama complejo, la viceministra Tatiana Amarán Bogachova hizo un llamado al pueblo cubano a mantener la confianza, fortalecer la unidad y renovar el compromiso colectivo. “A cada obstáculo encontraremos una solución”, aseveró con firmeza, convencida de que la resistencia y la creatividad del país son más poderosas que cualquier medida coercitiva.

En medio de las dificultades impuestas, Cuba sigue apostando por la soberanía energética, la innovación y la solidaridad.

En video, la Mesa

Entregan condecoraciones a radialistas destacados

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Las Tunas.- Como dignos herederos de una tradición que desde el pasado siglo conquista corazones con la magia del sonido, la palabra y los efectos, este jueves fueron reconocidos en el memorial Vicente García tres profesionales con un quehacer destacado dentro del universo radiofónico: Jorge Carbonell López, Maura Peña Machado y William Vázquez Sosa. Todo en el contexto del 72 aniversario de la emisora provincial Radio Victoria.

El realizador de sonidos William Miguel Vázquez Sosa mereció el Premio Mérito Técnico por una trayectoria laboral avalada por la creatividad, acciones innovadoras, dedicación y varios resultados en el trabajo.

Por su parte, la locutora Maura Peña Machado, con 45 años de labor en el medio, recibió el Micrófono de la Radio Cubana. A lo largo de su carrera esta mujer, que enamora a la audiencia con la dulzura de su voz, ha desempeñado funciones de dirección, labores artísticas, así como tareas políticas, administrativas y sindicales.

En el acto de condecoración también fue agasajado el maestro de locutores Jorge Melanio Carbonell López con el Premio Artista de Mérito de la Radio Cubana, justo reconocimiento a quien ha dejado su impronta en cada proyecto de Radio Victoria, miembro -además- del Tribunal Nacional de Locución, contribuyendo  a la formación de generaciones de profesionales.

En el acto de condecoración, presidido por autoridades políticas, gubernamentales y del sector, también compartió su talento la maestra concertista Elvira Skourtis.

En general, en la entrega y dedicación de William, Maura y Carbonell, se resume el sentir de los radialistas tuneros, quienes cada día expresan su compromiso por hacer una radio mejor.

Escuche el audio aquí.

Jobabo: Abanderan delegados a la Conferencia Provincial de la CTC

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Jobabo.- Los 13 delegados de Jobabo que participarán los días 24 y 25 de septiembre en la Conferencia Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) fueron abanderados este jueves en un acto celebrado en el parque José Martí, ubicado en el corazón de esta localidad del sur de la provincia de Las Tunas.

El simbólico evento que contó con la presencia de Osmel Osorio López, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Jobabo, Odalis Batista, secretaria general de la CTC en la provincia de Las Tunas y Yosleydis Valdés Alonso, principal líder de la agrupación obrera en este municipio, además de otros dirigentes sindicales y de organizaciones políticas y de masas, marca el inicio formal de su responsabilidad como representantes de los trabajadores jobabenses en el foro provincial.

En un momento significativo del acto, Valdés Alonso, en representación de todo el grupo de delegados, recibió la bandera que los acredita, un gesto que simboliza la unidad y el compromiso colectivo de llevar las voces de los sindicalistas de este territorio a la instancia provincial.

Más allá del acto protocolar, la jornada sirvió para realizar un intercambio práctico con los delegados precisando todos los detalles organizativos y logísticos y coordinar los últimos aspectos de la preparación de la delegación, teniendo en cuenta que ellos, conscientes de su rol, se alistan para llevar las problemáticas, criterios y propuestas de los trabajadores de Jobabo, con el objetivo de que sus intervenciones reflejen fielmente los intereses de quienes representan en todos los gremios locales.

Jobabo: Evalúan funcionamiento de estructuras locales de la ANAP

Funcionarios de la dirección nacional de la ANAP realizaron un control a Jobabo como parte del proceso de chequeo a la gestión y funcionamiento de esta organización en la base, priorizando las principales líneas de trabajo que influyen en la atención al campesinado, la labor política con los asociados y la producción de alimentos.

Yamila Sarduy, miembro del buró nacional de la ANAP, expuso la importancia de este tipo de chequeos, que si bien no son las típicas visitas que se hacen, tienen un enfoque de ayuda metodológica y apoyo al trabajo de las estructuras locales.

«Es importante que se tenga en cuenta la importancia que tiene el apoyo que se da a las estructuras de base de la ANAP. En especial tratamos desde las diferentes instancias todos esos problemas que hoy implican a las juntas directivas y que requieren de atención, conocimientos y organización para hacer mucho más fortalecidas nuestras prácticas en función del desarrollo del movimiento cooperativo y campesino» declaró.

«También es imprescindible que tengamos en cuenta la comunicación como práctica constante para dar a conocer qué hacen nuestros campesinos en la base. No podemos reconocerlos en el amplio sentido de la palabra, pues hagamos que se reflejen esas cotidianidades en las redes y los medios a nuestro alcance para que la población lo vea» argumentó la dirigente.

 

La primera jornada, incluyó un intercambio con miembros del comité municipal de la ANAP y dirigentes locales de organismos que tienen estrechas relaciones con la agrupación campesina, también interactuaron con presidentes de cooperativas de la zona norte del municipio y visitaron productores asociados a la CCS Osvaldo Figueredo.

Ayer el recorrido se extendió a la Cooperativa de Créditos y Servicios Antonio Fernández, unidad de avanzada que muestra resultados destacados en funcionamiento y organización. Allí también intercambiarán con campesinos y la junta directiva.

Dos jornadas de intercambio, análisis y apoyo a las estructuras de base de la ANAP en Jobabo, así lo cataloga Danilo Mojena, funcionario nacional de la ANAP, quien estuvo a cargo en este municipio del sur tunero del control a la agrupación campesina.

«El objetivo principal es evaluar desde la base, con los intercambios, desde las juntas directivas, a los cooperativistas, a los familiares, cómo la cooperativa ha venido cumpliendo con las indicaciones que ha dado el Grupo Nacional de la ANAP».

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«Además, muy fresco, el desarrollo del 13º Congreso de la Organización, donde nos trazamos un grupo de prioridades en función de la producción de alimentos, que es el eslabón principal de nuestra organización, impregnando en los cooperativistas y sus familiares el deseo de seguir haciendo por el territorio, mirando ya al detalle en las propias fincas de los campesinos, en los propios intercambios, cómo con la sapiencia, con la agroecología, con la ciencia y la técnica, nosotros los campesinos, burlan el bloqueo, elemento este que hoy nos está llamando la máxima dirección del país».

«Consideramos que el municipio de Manera Integral es un municipio que desde mi punto de vista viene avanzando y se viene recuperando, no obstante, existen un grupo de dificultades que bueno, hay que seguir trabajando, que tiene que ver, seguir perfeccionando todo lo que tiene que ver con el funcionamiento orgánico de las cooperativas, el tema de la asistencia a las asambleas de asociados, seguir perfeccionando la asistencia y que los campesinos y que las cooperativas logren un mayor porciento de asistencia en las asambleas. Y bueno, desde el punto de vista de la producción de alimentos, se respira hoy que hay bastante siembra, que hay bastante cosecha, pero sobre todo nos motiva también como las relaciones de trabajo desde el Buró Municipal de la ANAP con los factores del territorio».

Odenis campesina

«Creo que hay una integridad desde los factores con el Banco, con el BANDEC, con el propio gobierno, con las instituciones, que hoy la organización mantiene relación al trabajo y muestra de esto que al iniciar el intercambio nosotros, bueno, el Buró Municipal desarrolló una donación muy significativa al hogar materno y al hogar de ancianos. Tuvimos también la posibilidad de que en el encuentro nos acompañara Yamila Sarduy Martínez, miembro del Buró Nacional de la ANAP, que también se fue muy satisfecha. Creo que es un equipo de cuadro muy consagrado y sobre todo lo más importante es la fortaleza que hay abajo en el sector cooperativo campesino».

Hay una cuestión dentro de la gestión que hace la ANAP para con sus asociados y tiene que ver con problemas que, aunque no dependen del funcionamiento de las estructuras de la ANAC, se influyen muchas veces en el quehacer de esta organización y son cuestiones que piden tramitar, me refiero a impago, sobre todo los ganaderos, a cuestiones de desarrollo, acceso a crédito, un grupo de cuestiones con lo que lidian diariamente el campesinado. ¿Todo esto ustedes lo recogen también? ¿Cómo se aborda esto a nivel nacional para lograr destrabar las cuestiones que hoy frenan el desarrollo agropecuario?

«Creo que, dentro de los planteamientos del decimotercer congreso de la organización campesina, esto que usted habla fue uno de los principales problemas que se discutieron también ahí en las propias comisiones de trabajo y Jobabo no está exento de esta situación».

«Además, pudimos percatarlo en los propios intercambios con la asamblea de impago con el tema de la industria láctea e impagos a campesinos con la parte de los cultivos varios y creo que el tratamiento, primeramente, el tratamiento debe dárselo el municipio a partir de la integridad que estamos hablando con los territorios porque esto no lo va a resolver ni el burro nacional ni el burro provincial».

«Eso parte a partir de la propia integración, como bien decía anterior, desde el burro municipal con las instituciones y no dejar las cosas que se alarguen mucho, sino al final darle tratamiento en el momento. Y lo otro es la vinculación directa que deben tener esos organismos en la asamblea para explicarle a los campesinos la situación que tiene cada organización».

«No obstante desde el buró nacional, en la persona de nuestro presidente nacional, por indicación del primer secretario del Comité Central del Partido, compañero Díaz Canel, indicó darle un tratamiento, indicó al compañero Salvador Valdés Mesa darle tratamiento a todos los acuerdos estos que salieron del congreso y todos los meses, todos los meses hay una reunión presidida por el vicepresidente de la república evaluando cada acuerdo, acuerdo por acuerdo, del tratamiento que se le ha venido dando por los diferentes organismos que tienen relaciones de trabajo con nosotros y creo que eso ha venido calando porque cuando usted revisa hoy el tema de los impagos aun cuando hay un grupo de un dinero muy significativo y hoy va a venir y hoy ha venido la cifra ha venido bajando y hoy aquí a Jobabo está en el orden de los dos millones de pesos y que se le deben a los campesinos».

«Creo que al final cuando usted hace un balance y usted dice bueno del 16 congreso hasta acá que ha pasado yo creo que ha venido eso, eso se ha venido un poco que, mejorando, no obstante, hay que seguir haciendo hincapié en todo esto que usted ha hablado. El tema de la bancarización, elemento muy complejo también en el sector agropecuario, aunque sabemos que es una política del país y que es un proceso muy gradual, un proceso donde hay que primero adaptar las características de cada zona, cada lugar porque hay muchas zonas que son de silencio que realmente no tienen las condiciones creadas para bancarizarse nuestros campesinos».

«Hay muchos campesinos hoy que tienen trabajadores eventuales tienen que pagarle al CASH al campesino y eso es muy muy complejo a partir de la propia disponibilidad que tienen los bancos de los municipios y bueno hay una comisión de bancarización que estos asuntos tiene que tratarlo y donde sea posible buscarle una solución».

Voluntad, acción y un compromiso perenne de la ANAP en la base

La efectividad de una organización campesina se mide no en las actas de sus reuniones, sino en el rendimiento de las cosechas. Bajo esta premisa, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en el municipio de Jobabo libra una batalla silenciosa pero crucial: acortar la distancia entre las decisiones del buró y la realidad de las fincas. Un diálogo con actores clave de esta estructura revela un esfuerzo consciente por priorizar la base, aunque persisten problemas que exigen mayor agilidad y continuidad.

Para Luzbel González Martínez, presidenta de la ANAP en el territorio, la estrategia es clara: “La ANAP no es una oficina, es una organización que debe vivir en las fincas”. González Martínez enfatiza que el rol fundamental de la dirección municipal es servir de puente bidireccional. “Nuestra misión es que la política nacional se materialice en el surco, pero también que las preocupaciones e innovaciones de la base sean escuchadas. No se puede dirigir desde un escritorio; la dirección se ejerce yendo al lugar de los hechos”, asegura.

Esa presencia en el terreno es valorada por los directivos de base, quienes actúan como primer eslabón en la cadena de solución de problemas. Ramón García, vicepresidente de la CCS “Osvaldo Figueredo”, reconoce una mayor frecuencia en las visitas, pero apunta a la calidad de la atención. “La junta directiva de nuestra CCS prioriza los problemas:  y aunque carecemos de insumos, combustible, y se nos dan muchos obstáculos con comercialización, la asesoría de la ANAP es vital, sobre todo en lo legal y económico. A veces sabemos el ‘qué’, pero necesitamos el ‘cómo’ hacerlo correctamente”, explica.

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Los problemas que llegan a estas juntas directivas son tan concretos como urgentes. Arnaldo Pérez, presidente de la CCS “Julio Antonio Mella”, enumera los más recurrentes: “La la disponibilidad de fertilizantes, la electrificación de fincas y los trámites burocráticos que retrasan la producción”. Según Pérez, la junta directiva, elegida por los socios, funciona como un filtro para agrupar las inquietudes comunes. “El problema no es la voluntad, sino la agilidad en las soluciones. Necesitamos que el Buró Municipal apoye con más contundencia la solución de los conflictos que tenemos en cuestiones de comercialización como son los impagos y el acceso a dinero en el banco”, reclama.

La perspectiva más visceral la aporta Roberto Pascual, campesino de la CCS “Antonio Fernández”. Para él, la diferencia entre una reunión en la cooperativa y una visita a su finca es abismal. “En la finca uno muestra la realidad. Puedo señalar la planta que no crece. Cuando un directivo viene, ve el sudor. Eso crea un compromiso diferente y fortalece la confianza. Nos hace sentir que no estamos solos”, afirma Pascual, destacando el valor humano del contacto directo.

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Frente a esto, la Presidenta municipal detalla el sistema implementado para institucionalizar estas visitas. “Cada miembro del Buró tiene que cumplir con visitas semanales. No vamos solo a inspeccionar, vamos a aprender y a resolver, a veces poniéndole la mano en el hombro a uno de nuestros campesinos, se avanza mucho”. Luzbel González destaca que la capacitación de los cuadros es la piedra angular. “La preparación continua a nuestras juntas directivas es una prioridad. Un presidente de CCS bien asesorado es multiplicador de soluciones en su base”, subraya.

Al cierre, las expectativas para el futuro inmediato se resumen en dos conceptos claves; trabajar la tierra y este diálogo fértil entre el surco y la organización que los atiende.

 

El costo familiar de los apagones

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Aquí, en este pedazo de Cuba que nos ha tocado, hay una factura que estamos pagando todos los días y que no aparece en ningún recibo, el costo familiar de unos apagones que, para qué engañarnos, ya sobrepasan lo imaginable. De las 12-15 horas que nos carcomía en los últimos meses, hemos pasado a vivir literalmente a oscuras, con cortes que se alargan más de 20 horas diarias.

Ese precio, el de verdad, no se mide en los KW de déficit de los partes matutinos de la Unión Nacional Eléctrica (UNE), sino en pesos, muchos pesos, que se esfuman y en una salud mental que se resquebraja progresivamente sin que nadie, oficialmente, lo documente o le ponga números.

Es el desgaste silencioso de una población que, a pesar del fatalismo geográfico que muchos niegan pero que existe para Jobabo, y de estar sentada sobre recursos que deberían beneficiarnos más a esta altura, ve cómo el contraste con su realidad es cada vez más complicado.

No se puede negar el efecto desastroso que esto tiene en la economía del territorio: las pocas fábricas que quedan prácticamente paradas o funcionando a medias, servicios que no se pueden recibir y una jornada laboral que se escurre entre los diálogos informales sin poder aprovecharla, matizan este entorno. Pero donde más se siente el golpe, donde realmente duele, es en el ámbito de la casa, en la economía familiar que queda mutilada, carcomida.

Nuestro sistema de vida, aunque no lo parezca, está montado sobre un recurso vital en pleno siglo XXI: la electricidad. Sin ella, todo se va al traste y la factura se multiplica por cinco, por diez, por veinte…, y no solo por la inflación indetenible que ya de por sí nos ahoga.

¿Y por qué se gasta más? La respuesta huele a humo y se cocina a leña y carbón, y no precisamente a fuego lento. Una familia que antes sacaba de su pago mensual unos 150 o 200 pesos por cocinar con corriente, ahora tiene que soltar bolsillo afuera entre 2000 y 3000 pesos en carbón, o irse a cercenar los árboles de los alrededores. Sí, leyó bien. Un saco de ese que venden en la calle por 1000 o 1200 pesos (Porque el de precios oficiales solo dura unos instantes a la venta), exprimiéndolo como si fuera el último, te puede durar una semana, o menos. Sobre todo, si en la casa hay niños o ancianos y la olla no puede parar de hervir. Es una matemática que se calcula en mente y rara vez se anota en cuadernos.

Pero ahí no para la cosa. Nadie va y cuantifica lo que implica llenarse de humo a diario, eso de que el olor a leña se te pegue en el cuero cabelludo con una potencia que no hay quien la aguante, cuesta, y cuesta mucho.

Hace poco una oficinista me lo decía casi al borde de la desesperación: ya había perdido la cuenta de lo que se ha gastado en shampoo. ¿La razón? Elemental: no va a llegar a su trabajo oliendo a humo de algarrobilla calcinada. Son gastos invisibles para las estadísticas, pero tan reales como el arroz que se desaparece del precio oficial.

Y luego está el drama del refrigerador, o mejor dicho, de lo que había dentro de él. Lo que se pierde en alimentos que necesitan frío, solo el que lo vive en carne propia lo sabe.

Es una combinación sofocante: el sobrevivir diario a la inflación, yendo a la busca diaria de qué poner en el plato, y chocar de frente con la impotencia de no poder conservar nada de lo poco que consigues con un salario real que se esfuma más rápido que la leña que entras al improvisado fogón citadino.

Compras hoy para hoy, porque el mañana es una incógnita llena de moscas y comida echada a perder. Vivimos en un país tropical y los calores son sofocantes.

Si hace rato que alimentarse medianamente bien se convirtió en un lujo para la mayoría de la gente, ahora la cosa se complica hasta lo inimaginable. Aquellas alternativas de hace unos años ya no juegan con el drástico cambio de adquisición alimenticia. ¿Alguien sabe cómo conservar el picadillo o los embutidos sin electricidad? ¿Salarlos? Imposible, por lo complicado que se hace revertir el proceso, y porque higiénicamente terminas lleno de bacterias. Es una pelea perdida.

Para colmo, los horarios son retorcidamente incompatibles con la capacidad de soluciones que los simples mortales podemos modelar en tiempo real, los apagones son la mayor parte del día, pero las pocas horas de electricidad que llegan son impredecibles, un fantasma que aparece y desaparece sin aviso, sin permitirle a nadie para planificar su vida. ¿Ponerse a lavar? ¿Intentar enchufar algo para trabajar? ¿Dormir con ventilador? ¿Cargar una lámpara? No, no es posible sin sacrificar otras cosas de la rutina diaria, y casi siempre todo queda a medias.

Al final, el mayor costo de estos apagones interminables no es solo lo que se gasta de más, sino lo que se deja de vivir. Es el estrés sistemático, la incertidumbre, el tiempo perdido que no vuelve y la energía mental que se agota en resolver lo básico: comer, asearse, conservar algo de normalidad. Sí, normalidad, porque el cerebro se le fríen las neuronas ante tan intensas vivencias.

Es una crisis, aunque no se diga por ningún lado que lo es, que va más allá de los números y que está redefiniendo, a la fuerza, lo que significa el día a día para los jobabenses.

Es el silencio a voces de un problema que grita en cada casa, en cada bolsillo vacío y en cada cabeza que huele a leña.

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