Defensor de la cultura, las tradiciones y las buenas costumbres que caracterizan a los jobabenses, Alcibíades Avalo Villa camina las calles de Jobabo con paso lento, mirada aguda y una voz tenue al saludar a sus amigos e interactuar acerca del beisbol del que es apasionado.
Encuentra la inspiración por doquier, cual amante de la décima comenta Avalo Villa “las décimas son mi hobbie preferido, compongo una a diario”.
Y es que desde pequeño desarrolló el gusto por las rimas y el fluir de las palabras para revelar historias, disfrutó durante sus primeros doce años del aire limpio y el hábitat de Zabalo un manjar que brinda a las almas de artistas razones para convertir a la naturaleza en parte de su obra.
“Mi infancia transcurrió en Zabalo, soy el quinto de ocho hermanos, me dedico a la décima desde que tenía alrededor de nueve o diez años inspirado por un tío. A propósito, tengo una décima que le dediqué a mi infancia y mi nacimiento”.
Nací en un batey sombrío, encima de un taburete,
y no tuve otro juguete que caracoles de río.
Mi madre y el padre mío, que temprano comenzaban las labores,
me acunaban en un corral de bambú
y el sonido del sijú como música me daban.
¿Específicamente qué fue lo que estudió?
“Estudié teatro y después dirección artística, las distintas etapas de mi vida las he dedicado al mundo de la cultura, he preparado actos públicos, espectáculos y eventos como las Jornadas Cucalambeanas.
Me fascina escribir, tengo escrito alrededor de 100 cuentos, 40 crónicas sobre el pueblo de Jobabo, un libro de Versos Libres que lo llamo Más Allá del Otoño y un poco más de 400 décimas.
Voy a cumplir 60 años de edad y tengo casi 40 años de vida artística, hoy varias enfermedades me limitan a continuar desarrollándome como quisiera, pero sigo aportando desde mi organización la ACLIFIN y desde la Casa de la Cultura, mi segunda casa”.
Expresó que la Casa de la Cultura Perucho Figueredo Cisneros es su segunda casa ¿qué lo hace pensar de esa manera?
“En la Casa de la Cultura tengo mis mejores amistades, incluso mi hijo es músico en la banda de conciertos y trabaja en la Casa de la Cultura al frente de la cátedra de música.
Fue la institución que me acogió desde que regresé a Jobabo y aunque he salido esporádicamente a trabajar en otros lugares, como en el Plan Turquino, en La Habana, en la Casa de la Cultura de Puerto Padre, retorné a Jobabo y la Casa de la Cultura me acogió por eso es mi segunda casa”.
Al comentarle mi intensión de entrevistarlo sus ojos brillaron recordó los años fundacionales de Radio Cabaniguán y a los compañeros que junto a él comenzaron a forjar el camino de la Voz de historia y tradiciones.
“Soy fundador de Radio Cabaniguán, varios de los programas que aún existen fueron creados por mí, cuando converso con los compañeros de Cabaniguán, me siento en familia.
Con la radio me une un lazo, participé como corresponsal voluntario desde los años 80 y tanto, que existía aquí en Jobabo un amplio movimiento de corresponsales voluntarios, junto a Leonardo Saldívar, Roberto Domínguez, José Ramón Castro, Leonardo Murillo, teníamos un fortalecido grupo y nos encargábamos de cubrir todo lo que en temas periodísticos sucedía en el territorio.
Luego pasamos cursos como narrador y comentarista deportivo nos graduamos en el año 94, y comenzamos a ejercer a partir de que se inauguró la emisora de manera profesional como periodista y artista dentro del sistema de la radio”.
Usted mantiene una participación activa desde la Asociación Cubana de Personas con Discapacidad Físico-Motora ACLIFIM. Cuénteme sobre su labor en la asociación.
“Ingresé a la ACLIFIM hace alrededor de cinco años porque sufrí un accidente. Allí ocupé el cargo de vicepresidente para las relaciones públicas, luego pasé a atender la esfera de cultura y ahora funjo como miembro activo porque los problemas de salud me impiden seguir ocupando los cargos de responsabilidad. Estaré activo hasta donde las enfermedades lo permitan”.
Las ganas de contribuir a la cultura y su espíritu de artista le han propiciado a Avalo imponerse a las adversidades.
“La enfermedad de Parkinson, me aqueja en la locomoción, comenzó hace un año y tanto, pero llevo 30 años como un paciente diabético e hipertenso, pero son cosas que no me detuvieron nunca para mi labor artística.
Sin embargo, ahora con la situación de esta enfermedad, sí presento problemas de locomoción, prácticamente ya no puedo escribir, pero siempre tengo en mente la positividad de lo que he hecho y lo que puedo hacer todavía, mientras hable y gesticule continuaré aportando a la cultura.
Tengo un hijo y un nieto que son mi inspiración. Ahora viene la jornada de la cultura cubana en diciembre y voy a seguir apoyando la cultura en lo que sea necesario, lo que no puede escribir lo dicto, pero los compañeros de cultura saben que pueden contar conmigo en cualquier momento y la emisora también”.
Sin dudas Alcibíades Avalo Villa continuará aportando a la cultura jobabense y lo podremos ver paseando por parque, recitando una décima o contando una historia.



