Mientras existe la incertidumbre de si los embates del huracán Melissa pudieran dejar una estela visible de daños en Jobabo, existe una crisis más profunda y arraigada que los vientos: la sed. Semanas y semanas, y mucho antes que se anunciara la llegada del meteoro, la vida de los jobabenses gira en torno a una angustiosa búsqueda diaria de agua.
La rotura en el sistema de bombeo de Birama sumió a la localidad en un prolongado y extenuante limitado acceso a este recurso básico: el agua.
La ausencia de una alternativa sólida y permanente ha agravado la situación, haciendo del abastecimiento un desafío diario para la mayoría de las familias.




