Funcionarios de la dirección nacional de la ANAP realizaron un control a Jobabo como parte del proceso de chequeo a la gestión y funcionamiento de esta organización en la base, priorizando las principales líneas de trabajo que influyen en la atención al campesinado, la labor política con los asociados y la producción de alimentos.
Yamila Sarduy, miembro del buró nacional de la ANAP, expuso la importancia de este tipo de chequeos, que si bien no son las típicas visitas que se hacen, tienen un enfoque de ayuda metodológica y apoyo al trabajo de las estructuras locales.
«Es importante que se tenga en cuenta la importancia que tiene el apoyo que se da a las estructuras de base de la ANAP. En especial tratamos desde las diferentes instancias todos esos problemas que hoy implican a las juntas directivas y que requieren de atención, conocimientos y organización para hacer mucho más fortalecidas nuestras prácticas en función del desarrollo del movimiento cooperativo y campesino» declaró.
«También es imprescindible que tengamos en cuenta la comunicación como práctica constante para dar a conocer qué hacen nuestros campesinos en la base. No podemos reconocerlos en el amplio sentido de la palabra, pues hagamos que se reflejen esas cotidianidades en las redes y los medios a nuestro alcance para que la población lo vea» argumentó la dirigente.
La primera jornada, incluyó un intercambio con miembros del comité municipal de la ANAP y dirigentes locales de organismos que tienen estrechas relaciones con la agrupación campesina, también interactuaron con presidentes de cooperativas de la zona norte del municipio y visitaron productores asociados a la CCS Osvaldo Figueredo.
Ayer el recorrido se extendió a la Cooperativa de Créditos y Servicios Antonio Fernández, unidad de avanzada que muestra resultados destacados en funcionamiento y organización. Allí también intercambiarán con campesinos y la junta directiva.
Dos jornadas de intercambio, análisis y apoyo a las estructuras de base de la ANAP en Jobabo, así lo cataloga Danilo Mojena, funcionario nacional de la ANAP, quien estuvo a cargo en este municipio del sur tunero del control a la agrupación campesina.
«El objetivo principal es evaluar desde la base, con los intercambios, desde las juntas directivas, a los cooperativistas, a los familiares, cómo la cooperativa ha venido cumpliendo con las indicaciones que ha dado el Grupo Nacional de la ANAP».
«Además, muy fresco, el desarrollo del 13º Congreso de la Organización, donde nos trazamos un grupo de prioridades en función de la producción de alimentos, que es el eslabón principal de nuestra organización, impregnando en los cooperativistas y sus familiares el deseo de seguir haciendo por el territorio, mirando ya al detalle en las propias fincas de los campesinos, en los propios intercambios, cómo con la sapiencia, con la agroecología, con la ciencia y la técnica, nosotros los campesinos, burlan el bloqueo, elemento este que hoy nos está llamando la máxima dirección del país».
«Consideramos que el municipio de Manera Integral es un municipio que desde mi punto de vista viene avanzando y se viene recuperando, no obstante, existen un grupo de dificultades que bueno, hay que seguir trabajando, que tiene que ver, seguir perfeccionando todo lo que tiene que ver con el funcionamiento orgánico de las cooperativas, el tema de la asistencia a las asambleas de asociados, seguir perfeccionando la asistencia y que los campesinos y que las cooperativas logren un mayor porciento de asistencia en las asambleas. Y bueno, desde el punto de vista de la producción de alimentos, se respira hoy que hay bastante siembra, que hay bastante cosecha, pero sobre todo nos motiva también como las relaciones de trabajo desde el Buró Municipal de la ANAP con los factores del territorio».
«Creo que hay una integridad desde los factores con el Banco, con el BANDEC, con el propio gobierno, con las instituciones, que hoy la organización mantiene relación al trabajo y muestra de esto que al iniciar el intercambio nosotros, bueno, el Buró Municipal desarrolló una donación muy significativa al hogar materno y al hogar de ancianos. Tuvimos también la posibilidad de que en el encuentro nos acompañara Yamila Sarduy Martínez, miembro del Buró Nacional de la ANAP, que también se fue muy satisfecha. Creo que es un equipo de cuadro muy consagrado y sobre todo lo más importante es la fortaleza que hay abajo en el sector cooperativo campesino».
Hay una cuestión dentro de la gestión que hace la ANAP para con sus asociados y tiene que ver con problemas que, aunque no dependen del funcionamiento de las estructuras de la ANAC, se influyen muchas veces en el quehacer de esta organización y son cuestiones que piden tramitar, me refiero a impago, sobre todo los ganaderos, a cuestiones de desarrollo, acceso a crédito, un grupo de cuestiones con lo que lidian diariamente el campesinado. ¿Todo esto ustedes lo recogen también? ¿Cómo se aborda esto a nivel nacional para lograr destrabar las cuestiones que hoy frenan el desarrollo agropecuario?
«Creo que, dentro de los planteamientos del decimotercer congreso de la organización campesina, esto que usted habla fue uno de los principales problemas que se discutieron también ahí en las propias comisiones de trabajo y Jobabo no está exento de esta situación».
«Además, pudimos percatarlo en los propios intercambios con la asamblea de impago con el tema de la industria láctea e impagos a campesinos con la parte de los cultivos varios y creo que el tratamiento, primeramente, el tratamiento debe dárselo el municipio a partir de la integridad que estamos hablando con los territorios porque esto no lo va a resolver ni el burro nacional ni el burro provincial».
«Eso parte a partir de la propia integración, como bien decía anterior, desde el burro municipal con las instituciones y no dejar las cosas que se alarguen mucho, sino al final darle tratamiento en el momento. Y lo otro es la vinculación directa que deben tener esos organismos en la asamblea para explicarle a los campesinos la situación que tiene cada organización».
«No obstante desde el buró nacional, en la persona de nuestro presidente nacional, por indicación del primer secretario del Comité Central del Partido, compañero Díaz Canel, indicó darle un tratamiento, indicó al compañero Salvador Valdés Mesa darle tratamiento a todos los acuerdos estos que salieron del congreso y todos los meses, todos los meses hay una reunión presidida por el vicepresidente de la república evaluando cada acuerdo, acuerdo por acuerdo, del tratamiento que se le ha venido dando por los diferentes organismos que tienen relaciones de trabajo con nosotros y creo que eso ha venido calando porque cuando usted revisa hoy el tema de los impagos aun cuando hay un grupo de un dinero muy significativo y hoy va a venir y hoy ha venido la cifra ha venido bajando y hoy aquí a Jobabo está en el orden de los dos millones de pesos y que se le deben a los campesinos».
«Creo que al final cuando usted hace un balance y usted dice bueno del 16 congreso hasta acá que ha pasado yo creo que ha venido eso, eso se ha venido un poco que, mejorando, no obstante, hay que seguir haciendo hincapié en todo esto que usted ha hablado. El tema de la bancarización, elemento muy complejo también en el sector agropecuario, aunque sabemos que es una política del país y que es un proceso muy gradual, un proceso donde hay que primero adaptar las características de cada zona, cada lugar porque hay muchas zonas que son de silencio que realmente no tienen las condiciones creadas para bancarizarse nuestros campesinos».
«Hay muchos campesinos hoy que tienen trabajadores eventuales tienen que pagarle al CASH al campesino y eso es muy muy complejo a partir de la propia disponibilidad que tienen los bancos de los municipios y bueno hay una comisión de bancarización que estos asuntos tiene que tratarlo y donde sea posible buscarle una solución».
Voluntad, acción y un compromiso perenne de la ANAP en la base
La efectividad de una organización campesina se mide no en las actas de sus reuniones, sino en el rendimiento de las cosechas. Bajo esta premisa, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en el municipio de Jobabo libra una batalla silenciosa pero crucial: acortar la distancia entre las decisiones del buró y la realidad de las fincas. Un diálogo con actores clave de esta estructura revela un esfuerzo consciente por priorizar la base, aunque persisten problemas que exigen mayor agilidad y continuidad.
Para Luzbel González Martínez, presidenta de la ANAP en el territorio, la estrategia es clara: “La ANAP no es una oficina, es una organización que debe vivir en las fincas”. González Martínez enfatiza que el rol fundamental de la dirección municipal es servir de puente bidireccional. “Nuestra misión es que la política nacional se materialice en el surco, pero también que las preocupaciones e innovaciones de la base sean escuchadas. No se puede dirigir desde un escritorio; la dirección se ejerce yendo al lugar de los hechos”, asegura.
Esa presencia en el terreno es valorada por los directivos de base, quienes actúan como primer eslabón en la cadena de solución de problemas. Ramón García, vicepresidente de la CCS “Osvaldo Figueredo”, reconoce una mayor frecuencia en las visitas, pero apunta a la calidad de la atención. “La junta directiva de nuestra CCS prioriza los problemas: y aunque carecemos de insumos, combustible, y se nos dan muchos obstáculos con comercialización, la asesoría de la ANAP es vital, sobre todo en lo legal y económico. A veces sabemos el ‘qué’, pero necesitamos el ‘cómo’ hacerlo correctamente”, explica.
Los problemas que llegan a estas juntas directivas son tan concretos como urgentes. Arnaldo Pérez, presidente de la CCS “Julio Antonio Mella”, enumera los más recurrentes: “La la disponibilidad de fertilizantes, la electrificación de fincas y los trámites burocráticos que retrasan la producción”. Según Pérez, la junta directiva, elegida por los socios, funciona como un filtro para agrupar las inquietudes comunes. “El problema no es la voluntad, sino la agilidad en las soluciones. Necesitamos que el Buró Municipal apoye con más contundencia la solución de los conflictos que tenemos en cuestiones de comercialización como son los impagos y el acceso a dinero en el banco”, reclama.
La perspectiva más visceral la aporta Roberto Pascual, campesino de la CCS “Antonio Fernández”. Para él, la diferencia entre una reunión en la cooperativa y una visita a su finca es abismal. “En la finca uno muestra la realidad. Puedo señalar la planta que no crece. Cuando un directivo viene, ve el sudor. Eso crea un compromiso diferente y fortalece la confianza. Nos hace sentir que no estamos solos”, afirma Pascual, destacando el valor humano del contacto directo.
Frente a esto, la Presidenta municipal detalla el sistema implementado para institucionalizar estas visitas. “Cada miembro del Buró tiene que cumplir con visitas semanales. No vamos solo a inspeccionar, vamos a aprender y a resolver, a veces poniéndole la mano en el hombro a uno de nuestros campesinos, se avanza mucho”. Luzbel González destaca que la capacitación de los cuadros es la piedra angular. “La preparación continua a nuestras juntas directivas es una prioridad. Un presidente de CCS bien asesorado es multiplicador de soluciones en su base”, subraya.
Al cierre, las expectativas para el futuro inmediato se resumen en dos conceptos claves; trabajar la tierra y este diálogo fértil entre el surco y la organización que los atiende.







